Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

sábado, abril 21

La propiedad privada: La primer mentira del humanx

 
La propiedad es un invento humano. 

Lxs monxs evolucionadxs le dieron valor a las rocas. Lxs cavernícolas tenían derecho al libre uso de las piedras, sin restricciones, que eran proporcionadas por la misma naturaleza. La usaban de distintas maneras. Hasta que uno de ellxs, que llamaremos el dueño, agarro una piedra la envolvió en una hoja de árbol y le dijo a los demás que su piedra era la mejor, que fue bendecida por un ser imaginario supremo a todos, y que, con esa piedra, él era mejor que lxs demás. Que la podía usar solamente él y nadie más. Que le iba a ir mejor por solo tener la piedra bendecida. Algunos les creyeron, otros no le prestaron atención y otros lo cuestionaron. Los cuestionarios le preguntaron a El dueño por que la podía usar solamente él si los elementos que usó los sacó de la naturaleza; una piedra y una hoja, que eran de todos y que la podían usar libremente. El dueño contesto que trabajo sobre ella, le tomó su tiempo y que fue inducido por un ser superior imaginario y que la podía usar solamente él. Dentro de ese grupo, los cuestionarios, algunos le creyeron, y otros no. Los creyentes intentaron hacer su propia piedra con hoja pero el dueño dijo que no era igual, que no servía y que no estaban bendecidas, creo una necesidad en las personas de tener si o si la piedra. Les propuso que podían obtener la piedra a cambio de comida y los creyentes accedieron. El dueño no se preocuparía por obtener su propia comida nunca más.
Los incrédulos siguieron usando las piedras libremente sin conceptos de propiedad. Osea, usaban las piedras para su uso cotidiano y luego la dejaban para que la use otrx o ellxs mismxs no le daban valor a la piedras. Algunxs intentaron decirle a los creyentes que habían sido engañadxs que los elementos de la naturaleza no son de nadie y son de todxs pero solo recibieron burlas, rechazos y maltratos. Los creyentes le contestaban que estaban mejor y eran mejores que ellos por tener la piedra bendecida.

El dueño no le alcanzó con la comodidad de no preocuparse más por comer si no que ordenó a sus creyentes a que confiscarán todas las piedras. Los creyentes lo obedecieron, le dieron el poder sobre ellxs mismxs. Confiscaron las piedras y las hojas usando las mismas piedras bendecidas como armas en nombre del ser superior. Los incrédulos algunxs se sometieron, otros fueron encarceladxs. Dictó un pecado; el que se apropia de una piedra sin mi permiso se llamará ladrón y su acción se llamará robar (cuando el había robado los elementos de la naturaleza), dictó una ley; el que roba será castigado y encarcelado.

El dueño no podía seguir vendiendo las mismas piedras así que agarro más elemento de la naturaleza e hizo nuevas piedras y creo nuevas necesidades sobre las piedras.

Ya no quería producirla el mismo así que contrató a individuos para producirla, contrato gente para crear nuevas piedras y contrato vigilantes para proteger al sistemas de piedras.

Dónde también se adueñaba con las matrículas de los inventos. Y todo esto pagado con las mismas piedras. Creo diferencia entre los individuos pagándole más piedras a unos produciendo peleas en las clase productoras. Creo la competencia le pagaba más al que se esforzaba más. A los vigilantes le dio un factor de poder para oprimir y abusar sobre los demás. A los que pensaba los hizo callar de distintas maneras

Algunxs quisieron hacer sus propias piedras porque la cultura de propiedad ya estaba muy impuesta e interiorizado que no se las podía desterrar. Pero no los dejo actuó con violencia y se quedó con esas piedras. El control del dueño sobre las personas mediante las piedras era el máximo.

En este sistema de piedras no entrabamos todxs. No todxs podíamos producir, no todxs podíamos inventar, no todxs podíamos vigilantear pero no por que éramos incapaces sino por una simple razón de que no entrabamos todxs. Así que a los excluidxs los encerró, junto con los incrédulos.

Hoy la historia sigue igual; los productos que fabricamos son la piedra, las empresas son el dueño; lo que hacen es apropiarse y robar los elementos de la naturaleza para ponerle un valor y venderlo. Destruyen la naturaleza.
La propiedad privada es el inicio de todos los males de la sociedad.


Jony dirty

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